Síndrome de La banda iliotibial en fisioterapia

La rodilla, reconocida por su complejidad anatómica, alberga numerosos tejidos capaces de generar dolor significativo, lo cual a menudo exige una clasificación de las lesiones o patologías por planos anatómicos para su mejor comprensión y manejo. Identificar la fuente del dolor en esta articulación puede ser desafiante debido a su compleja estructura. Por ejemplo, el dolor anterior de rodilla podría indicar condiciones como el síndrome femoropatelar, tendinopatías, o lesiones intraarticulares, aunque en ocasiones, tejidos menos conocidos como la grasa de Hoffa también pueden ser la causa, complicando el diagnóstico.

En el caso del dolor lateral de rodilla, las posibles causas se reducen y la localización lateral del dolor simplifica en cierta medida el diagnóstico. Entre las lesiones más comunes se encuentran las del ligamento colateral medial, el poplíteo, las lesiones intraarticulares del menisco, y especialmente el síndrome de la banda iliotibial (SBI), este último siendo un foco particular de esta discusión. El SBI es notable entre quienes practican running, representando el 10% de todas las lesiones vinculadas a esta actividad y siendo la causa más frecuente de dolor lateral de rodilla en atletas, con una incidencia del 12% entre corredores. Aunque esta patología fue descrita por primera vez hace apenas cuatro décadas, su prevalencia ha aumentado con el creciente número de corredores a nivel mundial.

Curiosamente, correr per se no es el único desencadenante del SBI. Actividades como el hockey, baloncesto, ciclismo y esquí, que implican ciclos repetitivos de flexión y extensión de la rodilla, también se asocian con el desarrollo de este síndrome. Esto subraya un patrón común de estrés mecánico en la rodilla como factor contribuyente.

Anatomía Relevante para el SBI

Una comprensión detallada de la anatomía es esencial para entender la fisiopatología del SBI. Contrario a la creencia de que la banda iliotibial (BIT) actúa solo como una estructura ligamentosa pasiva, investigaciones recientes revelan que es dinámica y multidimensional, extendiéndose desde la columna lumbar hasta la zona anterolateral de la rodilla. Esta característica de la BIT destaca su papel activo en la biomecánica de la rodilla y subraya la importancia de considerar la interacción de múltiples tejidos en el diagnóstico y tratamiento del SBI.

Relaciones de la columna lumbar de la banda iliotibial con la rodilla. La banda iliotibial se conecta superiormente a través del glúteo mayor hasta la fascial lumbodorsal; e inferiormente al fémur, vasto lateral, retináculo lateral de la rodilla, bíceps femoral y tibia anterolateral (3)

La banda iliotibial (BIT), previamente considerada como un tejido pasivo, ahora se entiende como una estructura dinámica que interactúa con múltiples tejidos, como el glúteo mayor, la fascia toracolumbar, el vasto lateral, el bíceps femoral, la fascia glútea, y los músculos abdominales. Este enfoque integral sugiere que la eficacia de un tejido depende de la coordinación armónica de varios otros, lo que plantea dudas sobre la eficacia de centrar el tratamiento exclusivamente en la BIT.

Etiología del Síndrome de la Banda Iliotibial

La etiología del síndrome de la banda iliotibial (SBI) es compleja y sujeta a debate, aparentemente involucrando múltiples factores. Se destacan dos teorías principales sobre su origen nociceptivo:

  • Compresión y Entesopatía Subsecuente: Fairclough y colaboradores describen una teoría basada en la compresión de la inserción tendinosa sobre el epicóndilo femoral lateral, donde la presencia de vasos sanguíneos, nervios y una almohadilla de grasa altamente inervada podría ser la principal fuente de dolor.
  • Fricción y Pinzamiento: Orchard y colaboradores sugieren que las fibras posteriores de la BIT, al adherirse al fémur y deslizarse sobre el epicóndilo lateral durante la flexión de rodilla, provocan inflamación en esa zona. Aunque esta teoría introduce la biomecánica como factor contribuyente, la falta de evidencia sobre la existencia de una bolsa sinovial de la BIT en cadáveres pone en duda su validez.

La controversia sigue abierta, sin un consenso claro sobre cuál teoría es la más precisa, añadiendo el debate sobre la influencia de la biomecánica en esta patología.

Biomecánica y Factores de Riesgo

Factores como la torsión tibial interna, la debilidad de los abductores de cadera, la pronación excesiva y el genu varo pueden incrementar la tensión en la BIT, exacerbando el riesgo de lesión. Aunque se han identificado factores anatómicos como la diferencia en la longitud de las piernas y una mayor prominencia de los epicóndilos laterales, junto con factores modificables como la reducción de la flexibilidad y la debilidad muscular, la evidencia sobre su impacto es limitada.

Una revisión sistemática realizada por Jodi Aderem y Quinette A. Low, así como un análisis por Derek Charles y colaboradores, revelan que la evidencia actual sobre los factores de riesgo biomecánicos es inconclusa, con correlaciones débiles y metodologías de estudio deficientes. Sin embargo, se encontró una predominancia del síndrome en el género femenino. Brian Noehren, en un estudio separado, no halló diferencias significativas en fuerza, flexibilidad o mecánica de corredores entre sujetos con SBI y un grupo control, lo que sugiere la necesidad de una investigación más rigurosa para identificar factores de riesgo claros y efectivos enfoques de tratamiento.

La comprensión actual del SBI, marcada por la interacción entre la biomecánica y factores de riesgo potenciales, evidencia la complejidad en el diagnóstico y tratamiento de esta patología, destacando la importancia de continuar la investigación y adoptar un enfoque multifacético en el manejo clínico.

MODELO DE FRICCIÓN Y PINZAMIENTO; Baker, RL y Fredericson, M. (2016). Síndrome de la banda iliotibial en
corredores. Clínicas de Medicina Física y Rehabilitación de América del Norte, 27 (1), 53–77. doi: 10.1016 /j.pmr.2015.08.001

Presentación Clínica

El síndrome de la cintilla iliotibial se caracteriza por ser un diagnóstico clínico que generalmente no requiere de estudios de imagen para su confirmación. La presentación típica de esta condición incluye:

  • Dolor localizado en el área lateral de la rodilla, específicamente entre el tubérculo de Gerdy y el epicóndilo lateral.
  • Cambios en los patrones de actividad física, particularmente en individuos que participan en deportes como correr o baloncesto.
  • Ausencia de señales de lesión aguda, con dolor que tiende a manifestarse al terminar la actividad física, aunque también puede presentarse en reposo o al inicio de la actividad en casos de lesiones prolongadas.
  • Agravamiento de la sintomatología en superficies inclinadas.

Durante la exploración física, se pueden observar los siguientes hallazgos que incrementan la sospecha de esta patología:

  • Falta de evidencia de derrame articular o laxitud ligamentosa.
  • Dolor a la palpación en la zona de impacto, ubicada en un punto de fricción potencial entre la banda iliotibial y el epicóndilo femoral a 30° de flexión de rodilla.
  • Prueba de Noble positiva, que busca reproducir el dolor mediante la compresión de la cintilla iliotibial sobre el epicóndilo femoral lateral a 30° de flexión de la rodilla durante la flexión y extensión de esta.
  • Prueba de Ober positiva, que evalúa la tensión de la banda iliotibial al extender y aducir la cadera del paciente acostado sobre el lado no afectado, con la rodilla flexionada a 30°.

La combinación de estas pruebas mejora la eficacia diagnóstica y ayuda a diferenciar el síndrome de otras patologías. Aunque el diagnóstico se basa en criterios clínicos, la resonancia magnética o la ecografía pueden ser útiles para descartar otras condiciones o evaluar el estado de los tejidos adyacentes al epicóndilo lateral.

Para facilitar el diagnóstico clínico, se sugieren preguntas específicas sobre la localización exacta del dolor, las actividades que exacerban los síntomas, cambios en la intensidad del entrenamiento deportivo, la presencia de alivio con el descanso, y la exploración de síntomas como bloqueo articular, inestabilidad o derrame. Además, se enfatiza la importancia de descartar patologías intraarticulares y evaluar factores biomecánicos que, aunque no sean la causa principal del síndrome, pueden contribuir a su desarrollo.

Diagnóstico Diferencial

Manejo e intervención

En el manejo del síndrome de la cintilla iliotibial, el abordaje inicial recomendado es conservador, con la cirugía reservada para casos que no experimentan mejoría después de un tratamiento conservador prolongado, generalmente por un período de más de seis meses. Aunque la cirugía ha demostrado ser altamente efectiva para esta condición, el tratamiento conservador también ofrece resultados positivos en la mayoría de los casos, con un pronóstico de recuperación estimado entre 4 a 8 semanas.

Estrategias de Tratamiento Conservador

Las intervenciones conservadoras tradicionales se han centrado en reducir la inflamación de una supuesta bolsa sinovial entre el epicóndilo y la banda iliotibial. Sin embargo, la existencia de esta bolsa es cuestionada por la evidencia actual, lo que pone en duda la eficacia de ciertos tratamientos como los estiramientos de la fascia o el uso de antinflamatorios. Además, muchos tratamientos se enfocan en la biomecánica del individuo, aunque hasta la fecha, no hay evidencia concluyente que vincule directamente la biomecánica con la causa del síndrome, lo que sugiere que los abordajes centrados exclusivamente en ajustes biomecánicos pueden no ser efectivos.

Fortalecimiento de la Cadera

Un enfoque que ha demostrado ser eficaz es el fortalecimiento de la musculatura de la cadera. Un estudio específico en corredoras con el síndrome de la cintilla iliotibial mostró que los ejercicios enfocados en fortalecer esta zona no solo mejoran los síntomas y la función, sino que también disminuyen el riesgo de futuras lesiones. Este estudio propone un programa de ejercicios detallado, recomendando su aplicación personalizada en la práctica clínica.

Importancia de la Carga en el Desarrollo de Síntomas

Dado el perfil deportivo de los pacientes afectados por este síndrome, la gestión de la carga de entrenamiento juega un papel crucial en el desarrollo y la exacerbación de los síntomas. La comprensión de las relaciones anatómicas entre los diversos tejidos implicados en la patología puede orientar la selección de estrategias de tratamiento, destacando la importancia de adaptar el abordaje a las necesidades individuales de cada paciente y al contexto de sus actividades deportivas.

Referencias

  1. Fredericson M, Wolf C. “Síndrome de la banda iliotibial en corredores.” Sports Med. 2005; 35(5): 451-459.
  2. Falvey EC, Clark RA, Franklyn-Miller A, Bryant AL, Briggs C, McCrory PR. “Síndrome de la banda iliotibial: un examen de la evidencia detrás de una serie de opciones de tratamiento.” Revista escandinava de medicina y ciencia en el deporte. 2010; 20(4), 580–587. doi: 10.1111/j.1600-0838.2009.00968.x.
  3. Baker RL, Fredericson M. “Síndrome de la banda iliotibial en corredores.” Clínicas de Medicina Física y Rehabilitación de América del Norte. 2016; 27(1), 53–77. doi: 10.1016/j.pmr.2015.08.001.
  4. Fairclough J, Hayashi K, Toumi H, Lyons K, Bydder G, Phillips N, Best TM, Benjamin M. “¿Es el síndrome de la banda iliotibial realmente un síndrome de fricción?” J Sci Med Sport. 2007 Abr; 10(2): 74-6; discusión 77-8.
  5. Orchard JW, Fricker PA, Abud AT, et al. “Biomechanics of iliotibial band friction syndrome in runners.” Am J Sports Med. 1996;3:375–9.
  6. Aderem J, Louw QA. “Factores de riesgo biomecánicos asociados con el síndrome de la banda iliotibial en corredores: una revisión sistemática.” Trastorno musculoesquelético del BMC. 16, 356 (2015). https://doi.org/10.1186/s12891-015-0808-7.
  7. Charles D, Rodgers C. “A LITERATURE REVIEW AND CLINICAL COMMENTARY ON THE DEVELOPMENT OF ILIOTIBIAL BAND SYNDROME IN RUNNERS.” Int J Sports Phys Ther. 2020 May;15(3):460-470. PMID: 32566382; PMCID: PMC7296998.
  8. Noehren B, Schmitz A, Hempel R, Westlake C, Black W. “Assessment of strength, flexibility, and running mechanics in men with iliotibial band syndrome.” J Orthop Sports Phys Ther. 2014 Mar;44(3):217-22. doi: 10.2519/jospt.2014.4991. Epub 2014 Jan 22. PMID: 24450366; PMCID: PMC4258688.
  9. Strauss EJ, Kim S, Calcei JG, Park D. “Síndrome de la banda iliotibial: evaluación y manejo.” J Am Acad Orthop Surg. 2011 dic; 19(12): 728-36.
  10. Bolia IK, Gammons P, Scholten DJ, Weber AE, Waterman BR. “Operative Versus Nonoperative Management of Distal Iliotibial Band Syndrome-Where Do We Stand? A Systematic Review.”
  11. McKay J, Maffulli N, Aicale R, Taunton J. “Iliotibial band syndrome rehabilitation in female runners: a pilot randomized study.” J Orthop Surg Res. 2020 May 24;15(1):188. doi: 10.1186/s13018-020-01713-7. PMID: 32448384; PMCID: PMC7247177.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
¿Necesitas ayuda?
Hola, ¿Cómo puedo ayudarte?